La certeza de la premeditación que abrigaban la fiscalía y la coacusación se ha vaporizado este miércoles. Contemplan ya una sentencia sin ella tras haberla esculpido en mármol meses atrás. Daniel Sancho, acusado de la muerte de Edwin Arrieta, declarará mañana jueves sintiéndose más desahogado que cuando empezó el proceso: ha superado la fase árida, la de los testigos llamados por la fiscalía, con cierto aroma de derrota en las filas contrarias. Solo la premeditación sustenta el asesinato agravado que conduce a la pena de muerte. Sin ella se abre un horizonte más afable, desde el homicidio imprudente a la absolución. 

Source: www.elperiodico.com



Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *