Hay por lo menos dos cosas sagradas para los argentinos: el fútbol y los asados. A veces se mezclan con la excusa de un partido pero siempre se convierten en una celebración de la vida con amigos y familiares alrededor de unas buenas carnes a la parrilla. Esa fórmula se ha exportado por medio mundo a través de centenares de restaurantes. Pero hay algunos, pocos, como Mesaquince, que pretenden ir un poco más allá adaptando la idea original con un punto más gastronómico: presentaciones muy cuidadas y platos que no son de alta cocina, pero que demuestran que su cocina es de altura. Un concepto que tiene mucho recorrido, y eso que abrieron el 1 de febrero.

Source: www.elperiodico.com



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