Tras un cataclismo nacional, un jefe de Estado formado entre uniformes ha subido al poder cabalgando el descontento social y el orgullo herido de la patria. El líder integra y alimenta el bucle melancólico, y agonísticamente reclama para su país un derecho a ser que considera mancillado. Por esa ofensa, le señala a su parroquia un enemigo interior y otro exterior como causas de su dolor. Promoviendo una vuelta a la esencia y una huida de la degeneración foránea, quiere devolver a su tierra las míticas fronteras de tiempos imperiales. En un momento dado, creyendo parte de su salvífica misión incorporar territorios anejos y sus pobladores de la misma etnia que los habitan, lanzará a su ejército en pos de ese destino. No se habla aquí del excabo Adolf Hitler y los Sudetes, sino del ex oficial del KGB Vladimir Putin y Ucrania.

Source: www.elperiodico.com



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