Normalmente, en una montaña no existe una única vía por la que ascender. Las hay más fáciles y más complejas, pero todas conducen hacia arriba. Algo similar le ocurre a nuestra capacidad de mejorar la escalada: no existe un único camino descrito y cada uno debe elegir el suyo propio. ¿Mejorar capacidades y técnicas menos desarrolladas o potenciar las mejores que ya tenemos? ¿Un equilibrio de ambas?

A continuación, te proponemos que tomes un tiempo para reflexionar sobre los siguientes consejos que damos para tratar de subir un punto más tu nivel de escalada:

Respira: ¿te has parado a pensar cuánto de importante es este punto? Aquí también da igual que seas profesional o principiante, respirar de una manera normal -sin apneas- ayudará a regar al organismo de oxígeno suficiente como para no quedarnos sin energías de esta manera y poder afrontar la vía de una manera más relajada que si la respiración se ve alterada por una determinada situación. Controlar la escalada empieza controlando la respiración, la base para regular cualquier actividad.

Escalada con la mente: memorizar la subida va a ahorrar sorpresas inesperadas y pérdida de energía que puedes utilizar para los puntos más críticos. Exige preparación previa y da igual cuál sea tu nivel para visualizar cómo subes la pared. Ayudará, sin duda, a la ejecución y a que no entren dudas.

Utiliza la fuerza óptima: a menudo, el cansancio es el motivo por el que no terminamos con éxito una vía. Además del reposo y el descanso durante el ascenso -y la respiración controlada comentada anteriormente- conviene utilizar la fuerza óptima para cada punto, no dejarse arrastrar por la tensión del momento y malgastar esfuerzos por una falta de estrategia o porque los nervios se han apoderado de nosotros. Los dos puntos anteriores tienen mucho que ver en este, ya que una táctica correcta unida a una ejecución tranquila nos dará la pausa necesaria como para afrontar cada tramo con la fuerza calculada, no con una desmesurada.

Mírate los pies: muy ligada a la anterior, mejorar la posición de nuestros pies nos posibilitará dar saltos de calidad en nuestra escalada. La técnica, el aprendizaje de movimientos, y la soltura para colocarlos de la mejor manera posible ahorrará energía (sobre todo en los brazos) nos aportará equilibrio, seguridad y confianza.

Varía tu entrenamiento: escalar las mismas vías una y otra vez nos permitirá alcanzar un límite, pero no cruzarlo. Si se introduce variables se adquirirán nuevas destrezas que nos ayudarán a solventar nuevos problemas. Además, si introducimos ejercicios de fuerza y resistencia se beneficiará de ello la técnica.

Source: www.elperiodico.com



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